Un público fiel aguardaba la salida del Bordo al escenario, luego de una previa animada por Sergio Dawi y Los Estrellados. El ex saxofonista de Patricio Rey y sus redonditos de ricota -junto a su actual banda- había sido el encargado de entretener a los espectadores desde las 19.40 hasta las 20.30 aproximadamente. A las 21, después de media hora de espera más arrancó el show del Bordo con “Donde vagan los sueños”, de Historias perdidas, el disco nuevo que presentaron el 12 de mayo. Siguieron con “Me da igual”, de Un grito en el viento, “El insatisfecho”, de En la vereda de enfrente y “No quiero”, de Yacanto.
Así continuaron durante todo el recital, interpretando temas de cada uno de sus cinco discos, manteniendo un equilibrio entre un rock poderoso y melodías dulces. Y bien lo entendió su público que bajo ningún punto se dejó estar. Al tiempo que sonaba “El Regreso”, el agite era intenso y bien arriba, pero también se adaptaban al clima melancólico que se generaba con “Llueve en Buenos Aires”.
Luego de una hora y media de show hicieron “Soñando despierto”, de Yacanto y se fueron del escenario para un descanso. A los cinco minutos, volvieron con “Buscando”, de su último álbum, pero los integrantes del Bordo sabían que para el final no podían faltar los clásicos, así que siguieron con “Quiero ver” y a continuación armaron un set de tres temas enganchados que empezó con “En la vereda”, que combinaron con “De nada” y después con “Mañanas crueles”-un inédito-. Para cerrarlo, volvieron al estribillo de “En la vereda” en el que todos corearon: “Y si esta vida se deshace y entre alegrías vuelvo a ser feliz no me quiero ir de acá”.
Y era verdad que los seguidores del Bordo no querían irse, así que siguieron haciendo pasos de murga al ritmo de “Los perdidos”, el tema para todos los que siguen al Bordo y que de alguna manera se sienten identificados. Por lo menos esa es la sensación que generan: un grupo de almas sensibles que se congregan para escuchar letras profundas y bailar, cantar, saltar o besarse con sus novios y novias en los temas románticos al ritmo de un rock barrial que, sin embargo, logró sorprender en su última placa.
Así se despidieron Ale Kurz en guitarra y voz, Pablo Spivak en bajo, Diego Kurz en guitarra, Migue Soifer en batería, Leandro Kohon en armónica y el Negro Puga que vino de invitado en la percusión de algunos temas. Pero cuando parecía que se iban, después de hacer la clásica repartija de palos de batería y puas, Ale Kurz desafió al público diciendo: “¿Uno mas?” a lo que “los perdidos”, obviamente, respondieron que sí y con todo el aguante tocaron “A mi favor”, un rock bien arriba para cerrar un recital que fue una fiesta, con la clásica alegría que El Bordo sabe transmitir, a través de canciones rockeras con letras melosas, pogo y ritmos murgueros.
Lo que yo siento por ustedes es increíble, la sensación en cada recital, la pasión. La felicidad que me dan siempre con escucharlos, con verlos, con leer sus notas, sus cosas, como esta. Mi emoción que nunca termina por más que sea la cosa más estúpida. Su alegría de cada dulce encuentro. Esa sensación de "este es mi lugar y el rock mi sensación" que siento sólo entre tantos perdidos. La necesidad de verlos tocar una y otra vez. La forma que tienen siempre de pintarme una sonrisa en la cara sea como sea que yo este. La buena onda que hay en cada recital. La pasión de los perdidos en cada una de sus canciones, la energía. Nose, es inexplicablemente inexplicable lo que yo siento por ustedes. Definitivamente esto es AMOR; PASIÓN & LOCURA que nunca va a terminar; ♥
El orgullo que aumenta cada día más por ser ..
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